jueves, 21 de julio de 2011

Un texto de Pablo Neruda

Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su vestimenta
o bien no conversa con quien no conoce
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino de emociones,
justamente estas que regresan el brillo a los ojos,
y restauran los corazones destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz con
su trabajo, con su amor;
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
atrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo Hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!

Yo pude…¡Tu también puedes!

Antes de cualquier paso...
·       Reconocer el problema y la necesidad de ayuda terapéutica.
·       Aprender a entender que como seres humanos tenemos derecho al respeto, a una vida sin miedos, a tomar decisiones sobre mi vida, a recuperar mi yo, mi dignidad…
Quien me ayudó…
·       Primero Dios
·       Luego encontrar una terapeuta sensibilizada y entrenada en el tema de la violencia (Lic. Soraya Lara), que sabe la dinámica de estas relaciones, las necesidades de nosotras y la forma de acompañar a una mujer que necesita aprender a poner límites, a respetarse y a decidir sobre su vida.
·       Yo misma, pues si no se reúne el coraje para atreverse a cambiar, a buscar soluciones y otros rumbos…la terapeuta no nos puede ayudar...
Y una maravillosa red familiar y social:
·       Mis hijos, por todo su apoyo, su comprensión, por acompañarme en el proceso de curación de tantas heridas, no sólo mías sino de todo un sistema familiar que tenía que aprender a relacionarse de una manera donde lo que primara fuera el respeto, la honestidad de poder hablar de frente y sin miedo de nuestros temores, de las dudas, del pasado y del futuro…
·       Mi madre con su amor incondicional, mis hermanos por haber dicho sin palabras estamos aquí, por comprenderme y perdonarme…
·       A las amigas que no perdí en el camino, las que no se alejaron aunque yo me alejara…Y a las que encontré cuando comencé a volar por mí misma, por mi vida, por mis sueños, por mis anhelos….
·       Al Pacam , institución en la que estuve como voluntaria devolviendo un poco de todo el amor que recibí, nutriéndome de enseñanzas y de las herramientas que he adquirido para seguir Rescatando Mariposas…. Y que han sido fundamentales para mi crecimiento y para poder dar apoyo a otras.
·       Liberarme de tanto dolor para convertirlo en experiencias que sirvan para enseñar a otras que sí es posible vivir en libertad y sin miedos.

 NO TE QUEDES CALLADA, BUSCA AYUDA, TIENES DERECHO A VIVIR TU VIDA COMO ENTIENDAS QUE ES MEJOR PARA TI.
Sonsoles

¡Otra más…!

“¡Otra más…!” escuché esta frase recientemente esperando que me brindaran servicio en un banco comercial.  No puedo negar que sentí una curiosidad enorme cuando oí aquel señor de unos cincuenta y tantos años decir aquello con un periódico en la mano; ¿a qué se refería exactamente? ¿Qué quería decir con “¡otra más…!”? Disimuladamente me acerqué haciendo creer que buscaba algo que se me había caído al suelo y así, de esta manera ver que estaba leyendo este señor. Aquella exclamación de  “¡Otra más…”! no era otra cosa que un caso más de otra mujer asesinada  a manos de su pareja; un caso más de los tantos que nos han impresionado en los últimos años y que en meses recientes es tanto el bombardeo de estas terribles noticias que dejan claro que las estadísticas de muerte por violencia crecen de manera acelerada. En ese momento sentí una enorme indignación, pues me percaté de cómo vamos perdiendo nuestra capacidad de asombro, hablamos de “otra más” como si nos estuviéramos refiriendo a un evento normal. Es como si viéramos las estadísticas de una de nuestras glorias dominicanas en el baseball. Nos queda tan claro el brazo poderoso de un jugador de la talla de Alex Rodríguez o Sammy Sosa que sus “jonrones” los esperamos como algo normal, apostamos a que así será.  Y así va sucediendo: son tantos los casos que vemos en el periódico que ya no nos asombramos, ¿qué estamos haciendo nosotros para evitarlo? Posiblemente algunos pensaremos  que es poco lo que podemos hacer, que esto es tema de fiscales, policías, psicólogos, psiquiatras, pues NO y rotundamente ¡NO! Esto es un grave problema social que nos afecta a todos. Que no podemos seguir haciéndonos eco al ver las noticias y exclamar “¡otra más!” Desde nuestra posición como ciudadanos estos casos de violencia se pueden evitar si tan solo dejamos de mitificar socialmente los problemas de abuso como si fueran problemas normales de pareja. Y cuando hablo de mitificar me refiero a todas las veces que vemos y oímos cerca de nosotros relaciones abusivas y solamente exclamamos “en pleito de marido y mujer nadie se puede meter” o “eso es lo de nunca acabar, ahí están matándose nuevamente para después arreglarse”. ¿Por qué no actuamos? Si tan sólo entendiéramos que estas mujeres que terminan con una muerte física, ya hace años que ese maltratador las ha asesinado psicológicamente, ha logrado que ellas sean “nadie”. Estas mujeres aterradas, reducidas y desvalorizadas necesitan apoyo e información. Si hoy hacemos un ejercicio mental, me atrevo a afirmar de manera categórica que conocemos al menos un caso en el cual podemos identificar violencia (una relación cuya base es el abuso o maltrato físico o verbal). Acerquémonos a estas mujeres, recomendemos el uso de las fiscalías para proteger sus vidas u otras organizaciones como la Fundación Rescatando Mariposas. Reconocer un caso de violencia y quedarnos de brazos cruzados es permitir tácitamente que suceda ¡otro caso más! Peor aún, estas noticias indirectamente incentivan a hombres violentos a seguir cometiendo femenicidios porque sienten que nadie está haciendo nada, que sólo unos cuantos luchan para erradicar este mal social, No permitamos que las estadísticas sigan creciendo, ¡detengamos la violencia! Escríbenos rescatandomariposas@gmail.com
Zoé