lunes, 27 de junio de 2011

La Personalidad del Maltratador

Un maltratador es, por lo general, una persona que tiene una marcada inmadurez psicológica o emocional y probablemente haya sido víctima de abuso durante su niñez o haya sido testigo de relaciones abusivas y no ha logrado aprender maneras más adecuadas y saludables de relacionarse con los demás. Suele ser una persona con dependencia afectiva, inseguridad, es inestable -emocionalmente hablando, impaciente e impulsivo.  Habitualmente traslada la agresión que ha acumulado hacia su mujer, pareja o novia. Su baja autoestima le ocasiona frustración y esta frustración trae consigo violencia.
Algunas características notables de un abusador son las siguientes:
  • Tiene una baja tolerancia, un temperamento explosivo y cualquier incidente menor desata su agresión.
  • Tiende a aislarse, no se relaciona mucho.
  • Es muy inseguro, excesivamente posesivo y celoso. Tiene una fuerte necesidad de controlar a los demás o restringir sus derechos y su libertad.
  • Necesita de personas sumisas que se sometan a su voluntad.
  • A menudo, mantiene relaciones superficiales con diferentes personas. No se compromete afectivamente.
  • Tiene expectativas que no son realistas.
  • Es demandante.
  • Ordena, no pide.
  • Tiene una alta capacidad de engañar a los demás y se engaña a sí mismo.
  • Culpa a los demás de sus propios problemas, o culpa al mundo, a la vida o a una situación particular.
  • No se hace cargo del daño que causan. No tiene consideración ni siente o demuestra empatía.
  • Suele tener una doble personalidad: puede ser amable y encantador por un lado, y sumamente cruel y sarcástico por otro.
  • El abusador hace que la víctima se sienta responsable de sus sentimientos, en lugar de hacerse responsable él mismo de sus propios sentimientos.
  • Amenaza a la víctima. La insulta, humilla, la ataca verbal o físicamente. La hace sentir culpable para justificar su acto de abuso.
  • Necesita dominar las conversaciones y las ideas, y necesita ser el centro de atención en todo momento.
  • Se rehúsa a disculparse, siempre tiene la razón.
  • Juzga o rechaza a la víctima o lo que ésta hace.
  • Usa castigos y recompensas para manipular emocionalmente a la víctima.
  • Invade la privacidad de la víctima.
  • Subestima a la víctima, minimiza sus necesidades y sentimientos, o simplemente, la ignora.
Los psicólogos norteamericanos, el Dr. John Gottman y Dr. Neil Jacobson señalan que los hombres maltratadores caen en dos categorías: Pitbull y Cobra, cada uno con sus propias características. El Pitbull espía a su mujer, es celópata, cae bien a todas las personas, excepto a sus novias o esposas, mientras que el Cobra es un sociópata, frío, calculador y puede ser cálido.

Pitbull:
  • Solamente es violento con las personas que ama.
  • Es celoso y tiene miedo de que lo abandonen. Incrementa su nivel de violencia al sentirse abandonado.
  • Priva a su esposa o novia de su independencia.
  • Tiende a la ira, a vigilar y a atacar públicamente a su compañera.
  • Su cuerpo reacciona violentamente durante una discusión.
  • Tiene algún potencial para la rehabilitación.
  • Posiblemente tuvo un padre abusivo.
Cobra:
  • Es muy probable que sea agresivo con todo el mundo.
  • No depende emocionalmente de otra persona, pero insiste en que su compañera debe hacer lo que él quiere siempre.
  • Es más propenso a amenazar con cuchillos o revólveres.
  • Se calma internamente, según se vuelve agresivo, esto es, mientras más intensa es su agresión, más calmado y tranquilo se muestra.
  • Es difícil tratarlo con terapia psicológica, no se reconoce violento ni se arrepiente de sus actos.
  • Abusa de las drogas o del alcohol.
  • Tiene rasgos paranoicos: revisa cartera, celular, correos, notas, apuntes.
  • Son psicópatas de “cuello blanco”.
Las características citadas anteriormente son generales, producto de investigaciones que han hechos psiquiatras y psicólogos expertos en materia de violencia; sin embargo, es preciso recordar que cada persona es única. Sus patrones de conducta dependen de lo que han sido sus experiencias, por lo que un abusador puede presentar ciertas características que no necesariamente tenga otro abusador. Pero, sin distinción tienen una marcada tendencia a ejercer poder y control sobre sus víctimas y se valen de maltrato psicológico o físico para esto. El sentimiento de que “pierden el control” sobre ellas y la amenaza de que pudieran ser “abandonados” incrementa potencialmente su agresión hasta el punto de llevar a cabo la amenaza de muerte.

Es por eso que las víctimas que sufren violencia deben buscar ayuda para proteger sus vidas y la vida de sus familiares más cercanos. 

domingo, 26 de junio de 2011

¿VIVES VIOLENCIA?

Para conocer si vives violencia o si te encuentras en una situación de riesgo te pedimos que respondas a las siguientes preguntas. Al terminar, suma el puntaje total y compáralo con el índice de abuso que se presenta al final.


1. ¿Sientes que tu pareja constantemente te está controlando?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

2. ¿Te acusa de infidelidad o de que actúas en forma sospechosa?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

3. ¿Has perdido contacto con amigas, familiares, compañeras/os de trabajo para evitar que tu pareja se moleste?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

4. ¿Te critica y humilla, en público o en privado, sobre tu apariencia, tu forma de ser, el modo en que haces tus tareas hogareñas?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

5. ¿Controla estrictamente tus ingresos o el dinero que te entrega, originando discusiones?
Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

6. Cuando quiere que cambies de comportamiento, ¿te presiona con el silencio, con la indiferencia o te priva de dinero?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

7. ¿Tiene tu pareja cambios bruscos de humor o se comporta distinto contigo en público, como si fuera otra persona?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

8. ¿Sientes que estás en permanente tensión y que, hagas lo que hagas, él se irrita o te culpabiliza?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

9. ¿Te ha golpeado con sus manos, con un objeto o te ha lanzado cosas cuando se enoja o discuten?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

10. ¿Te ha amenazado alguna vez con un objeto o arma, o con matarse él, a ti o a algún miembro de la familia?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

11. ¿Sientes que cedes a sus requerimientos sexuales por temor o te ha forzado a tener relaciones sexuales?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

12. Después de un episodio violento, él se muestra cariñoso y atento, te regala cosas y te promete que nunca más volverá a golpearte o insultarte y que "todo cambiará"

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

13. ¿Has buscado o has recibido ayuda por lesiones que él te ha causado? (primeros auxilios, atención médica, psicológica o legal)
Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

14. ¿Es violento con los hijos/as o con otras personas?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

15. ¿Ha sido necesario llamar a la policía o lo has intentado al sentir que tu vida y la de los tuyos han sido puestas en peligro por tu pareja?

Sí ____ a veces ____ rara vez ____ no ____

Indice de abuso
Valor de cada respuesta
Si 3 puntos
A veces 2 puntos
Rara vez 1 punto
Nunca 0 puntos

Suma los puntos de cada respuesta, y el total te proporcionará el Índice de abuso a que estás expuesta.

De 0 a 11 puntos. Relación abusiva Existencia de problemas en los hogares, pero que se resuelven sin violencia física.

De 12 a 22 puntos. Primer nivel de abuso La violencia en la relación está comenzando. Es una situación de ALERTA y un indicador de que la violencia puede aumentar en el futuro.

De 23 a 34 puntos. Abuso severo En este punto es importante solicitar ayuda institucional o personal y abandonar la casa temporalmente.

De 35 a 45 puntos. ¡Abuso peligroso! Debes considerar en forma URGENTE e inmediata la posibilidad de dejar la relación en forma temporal y obtener apoyo externo, judicial y legal. El problema de violencia no se resuelve por sí mismo o con que ambos lo quieran. Tu vida puede llegar a estar en peligro en más de una ocasión o tu salud física o mental puede quedar permanentemente dañada.

¡ESTAMOS AQUI PARA AYUDARTE, CONTACTANOS!

viernes, 24 de junio de 2011

Hambrientas de Amor

La historia de Ana es similar a las tantas historias de otras mujeres que han sufrido violencia psicológica. Ana vivió 12 años de humillación, discriminación y anulación, se sentía sola, incomprendida, reducida.  Se privaba de expresar su punto de  vista por temor a ser insultada por su pareja porque cada vez que emitía una opinión, su esposo Marcos, le lanzaba improperios, le decía “mejor quédate callada, que ni sabes lo que estás hablando…”. Ana dejó de salir con sus amigos porque le producía tensión “provocar” un momento desagradable para él y que éste estallara… Así dejó de hacer muchas de las actividades que anteriormente disfrutaba, sentía como día tras día fue perdiendo el contacto con ella misma, se sentía incapaz de pensar, sentir o actuar de forma independiente. Con el paso del tiempo, un nuevo sentimiento empezaba a crecer en Ana: ira contra ella misma, pues reconociéndose una mujer capacitada profesionalmente y con deseos de desarrollarse, había perdido su esencia, sus gustos, su deseo de vivir, descuidó su aspecto físico, no dormía, no comía, prefería pasar muchos momentos a solas y cualquier evento insignificante la irritaba.  Un día se levantó lista para enfrentar su rutina de preparar los niños para ir al colegio, prepararse ella para llegar a su trabajo, que el desayuno de Marcos estuviera preparado tal cual como él exigía (un huevo pasado por agua con 3 minutos de cocción –no más!, dos tostadas de pan blanco, un jugo de naranjas, el periódico sobre la mesa intacto porque era él la primera persona que debía leerlo y, para terminar un café que debía ser servido inmediatamente después que él terminara el último sorbo de su jugo). Aquel día Marcos decidió ponerse su camisa a rayas azules y zas! Le faltaba un botón. Aquello fue motivo para volverse contra Ana y descalificar cada una de sus actuaciones, pues esa “buena para nada” debía procurar que sus camisas estuvieran perfectas para él usarlas. El desayuno y todo lo que Ana se había esforzado para que el día iniciara de buena forma, se fue a pique; Marcos rompió la camisa, tiró los platos, gritó, descalificó a Ana delante de los niños…Con lágrimas en los ojos y con sentimientos encontrados de rabia, ira, frustración, Ana gritó: ¡hasta aquí!  ¡Nos divorciamos!

Ella encontró refugio en su familia, sus amigos más cercanos, y otras personas que estuvieron dispuestas a escucharla y apoyarla. Julia, su mejor amiga, le insistía que buscara ayuda y que asistiera a un especialista en violencia de género, pero Ana decidió no recibir terapia, bajo el entendido de que ya ella estaba sana y la mejor prueba, según ella afirmaba categóricamente fue la decisión de dejar esa relación que tanto la agobiaba.

¿Por qué es importante recibir terapia?

Las víctimas de violencia de género sufren daños psicológicos muy graves, por esto la importancia de recibir un tratamiento terapéutico con la finalidad de recuperar la salud mental que se necesita para iniciar una nueva vida, una nueva relación. Se recomienda realizar terapia con un experto (a) en materia de violencia porque de lo contrario, pudiera manejarse parcialmente la afección de la víctima (la depresión que sufre o sus inseguridades para tomar decisiones o su baja autoestima, entre otras).

En los casos de violencia de género hay que ser cuidadosos a la hora de hacer intervenciones desde el punto de vista legal y psicoterapéutico.  Las intervenciones a las víctimas de violencia de género debe tener un enfoque directo y cuyas acciones sean dirigidas a la protección de la mujer, partiendo de que en una relación de violencia su vida corre peligro.

Un experto en la materia provee a su paciente herramientas que le ayudan a poner límites, a identificar señales y a identificar las consecuencias que sufren las víctimas de violencia por causa del sometimiento. Ayuda también a identificar los rasgos del agresor.     

Cuando no se recibe la terapia de un experto, suele manejarse la violencia de género como un conflicto entre parejas y la violencia de género es una relación de abuso, mediante la cual el hombre ejerce poder y control sobre la mujer hasta llevarla al sometimiento, por tanto, una relación de abuso no puede manejarse como una relación de pareja, de hecho durante las terapias se debe tratar a la víctima y su agresor por separado, considerando que la terapia busca la recuperación de la salud emocional de la víctima y las consecuencias que esta sufre por tanto sometimiento la lleva a sentir miedo, angustia y ansiedad.

El riesgo de que Ana repita la misma historia es alto, debido a que las mujeres que sufren violencia de género quedan “hambrientas de amor”. Son tantos los traumas que reciben que quedan necesitadas de que alguien las valore, las ame como ellas desean sentirse amadas. De no recibirse el tratamiento adecuado no se puede garantizar que la mujer que ha sido víctima de violencia recupere su salud emocional y sea capaz de vivir una nueva relación de una forma sana, ya que se tiende a repetir patrones, de ahí que conocemos personas de quienes escuchamos comúnmente, “todas las relaciones de Fulana son iguales, terminan en lo mismo…” 

¿Cuáles son los beneficios al recibir la terapia para superar la violencia de género?

Algunos de los beneficios que podemos señalar:

v  La mujer empieza a valorarse.
v  Siente seguridad de sí misma, por tanto pierde el miedo.
v  Aprende a poner límites.
v  Deja atrás el sentimiento de culpa y entiende que sólo es responsable por sus propias actuaciones.
v  Es capaz de identificar las señales, los comportamientos de la pareja, que dejan claramente entendido de que está en una relación de violencia.
v  Aprenden que la única persona a la que pueden cambiar es a ellas mismas.