Estimada mujer:
Un día llegó a mis manos un libro que hablaba de
mujeres fuertes, mujeres libres, mujeres valiosas y supe que siempre, siempre
quise ser como ellas, lo que no sabía era que ya lo era, pero tanto años de
información falsa, de ejemplos no adecuados, de adoctrinamiento a través de la
escuela, la iglesia, el barrio, los cuentos de hadas, me hicieron dudar, hasta
que el testimonio de otra como yo me dijo que había otra vida a la que yo tenía
derecho, había nacido con él pero me lo
arrebataron, por eso no puedo callar, por eso voy buscando otras mujeres
mariposas para ayudarlas a despertar y mostrarles el camino del silencio, del
yo, del amor, de la realización, de la paz, de la serenidad y de la libertad.
Mostrar el camino donde no hay miedos, donde el límite lo
pones tú, el infinito es todo lo que tenemos y es lo que quiero transmitirles.
Encontrar juntas todo ese poder que tienes para transformarte
y transformar tu mundo y cuando lo encuentras sucede algo maravilloso: quieres
compartirlo o como dijiste, prestarle tus alas, sólo eso, porque después que
las abres sabes que ya nada será igual, nada.
Agradezco a Dios haberte encontrado, nos has enseñado mucho y
sobre todo tienes tanto que enseñar a otras.
Vuela, vuela y llena cada espacio de amor y color.
Vuela, sueña, construye un mundo más justo para todas
nosotras, un mundo donde ser feliz, libre sea la norma, no la excepción.
Sonsoles